2023, mi año más desafiante. Mi principal aprendizaje

En enero de 2023 mi mundo se vino abajo cuando mi madre recibió un diagnóstico de cáncer.

Me mudé a su casa para poder cuidarla a ella y a mi padre con demencia, sin saber durante cuánto tiempo estaría alejada de mis niños.

Fue DURO.

A los dos meses mi hermana viajó desde Venezuela para ayudarnos, y pude volver a mi casa.  Con el paso de los meses y gracias al tratamiento mi mamá fue mejorando, pero la salud de mi padre, y su deterioro cognitivo, iban en picado. En verano me dediqué en cuerpo y alma a cuidarlo, hasta que nos dejó en agosto. 

En los últimos meses del año mi mamá tuvo algunos altibajos en su salud y en diciembre estuvo ingresada dos veces. Nos dio un buen susto, pero afortunadamente ya está recuperada y todo está bajo control.

Como ves, mi año ha sido una montaña rusa.

No tengo cifras récord que celebrar, no he llenado estadios con eventos presenciales, no he sido best-seller (de hecho no llegué a escribir ni media línea del libro que iba a publicar este año), mi podcast no ha sido de los más escuchados (no llegué a grabar un solo episodio en 2023), ni dupliqué mi facturación… en realidad no había facturado tan poco desde mis primeros años como emprendedora.

Esta es la vida, querida mía, la vida real detrás de las fotos lindas de Instagram.

Esta es la vida que sucede para todos, incluso para quienes tenemos una trayectoria en el mundo del crecimiento personal.

La vida, que a veces se pone patas arriba…

Y sin embargo…

¡Tengo tanto que celebrar!

Porque aquí sigo.

Porque esto no ha podido conmigo, ni con mi entusiasmo, ni con mi vocación de servicio, ni con mi luz.

Al contrario: ahora brilla más.

Ahora sé que puedo sostener todo esto en mi energía: la luz y la oscuridad. 

Y sobre todo…

Sé que puedo estar allí para los míos, pase lo que pase.

No tengo grandes logros externos que celebrar este año, pero sí tengo inmensos logros internos.

Y el más importante de todos es:

He hecho todo cuanto he podido por las personas que más quiero.

He estado presente con ellos. Lo he dejado todo de lado para darles mi amor y mis cuidados. 

Les he podido devolver a mis padres una pequeña parte de lo que ellos han hecho por mí.

No siempre fue fácil, no siempre me salió bien. Hubo momentos de resentimiento, de enfado hacia ellos, momentos en que los juzgué , hubo reproches y lágrimas. 

Pero al final, siempre terminé eligiendo el amor. 

Y ese es mi gran éxito.

Mi invitación para ti

Ahora que empieza un nuevo año, te invito a celebrar tus logros de 2023. Los externos… y también los internos. 

Celébralo todo, por pequeño que parezca.

Y si, como yo, no tienes grandes logros externos que celebrar, ¡por favor no te sientas mal por ello!

Estás aquí: ¡has sobrevivido! Y ahora tienes una nueva oportunidad, un nuevo cuaderno en blanco se abre ante ti, para que lo llenes con las palabras más maravillosas.

Yo seguiré a tu lado para ayudarte a que así sea, tanto con mis contenidos y eventos gratuitos como con mis programas y cursos. 

Este año retomo mi blog, que tantas alegrías me ha dado (y que tuve abandonado en 2023), así que espero verte a menudo por aquí.

Y ahora quiero dejarte un regalo. 

Verás: el día después de que muriera mi padre, tenía pautada una ponencia en la IX Conferencia Mundial de la Paz y de la Luz, organizada por la Fundación 1A1. 

No quise cancelar mi participación, para la que me había comprometido meses antes. 

Y resultó ser una de las mejores ponencias que he ofrecido hasta ahora. 

Tanto, que los organizadores de la conferencia me enviaron este certificado que conservo como evidencia de que podemos brillar aún en los momentos más duros.