Los momentos de expansión siempre traen consigo desafíos, porque toca dejar atrás hábitos y condicionamientos que no te van a servir en el siguiente nivel. La expansión no siempre se siente muy expansiva que digamos. Te remueve cosas, te despierta antiguos miedos, te saca a la luz tus sombras.
Ahora mismo estoy viviendo eso. Me cambio de casa la semana que viene, estoy asumiendo nuevos compromisos en mi empresa, y en lo personal siento que estoy creciendo muchísimo. Todo eso es maravilloso, desde luego, y… no está siendo fácil.
De manera que contacté con una de mis coaches para pedirle una sesión.
Cuando me envió el link de pago me quedé en shock.
Había más que duplicado sus tarifas en menos de un mes.
Su hora de coaching ahora tenía un valor superior a los mil dólares.
Y enseguida empezaron todas las historias en mi cabeza.
Yo no puedo pagar eso, me dije. Aún no estoy en ese nivel. Y menos ahora, con los gastos de la mudanza y mi nuevo piso… No puedo.
Plof.
Me sentí abandonada y hasta huérfana. Sentí que mi coach, a quien adoro, me había dejado atrás. Se había subido a un tren que a mí no me correspondía. Todas las dudas sobre mí misma afloraron de nuevo en ese momento… había vuelto a ser pequeñita e indefensa, insuficiente, poco digna.
Pensé en contratar a otra de mis coaches, que tiene tarifas más bajas, pero no. Yo la quería a ella. Y jamás me baso en el dinero a la hora de tomar la decisión de con quién trabajo. Cuando se trata de mi crecimiento nunca elijo lo más barato sólo porque lo es.
Todo eso pasó por mi cabeza y mi cuerpo en cuestión de segundos.
Para tranquilizarme, decidí salir a dar una vuelta. Apenas había andado unos pasos cuando de pronto se hizo la luz.
Lo vi clarísimo.
Mi coach ha estado creciendo muchísimo en los últimos tiempos, y ese link de pago de una sesión por más de mil dólares no era otra cosa que su invitación a subirme a su tren.
Me estaba extendiendo una oportunidad de crecimiento valiosísima.
Sus nuevos precios eran el símbolo del compromiso que yo debía asumir conmigo misma si quería la expansión que estoy viviendo y que deseo.
Porque en mi nuevo nivel, lo que invierto en mí misma también tiene que crecer.
Además, no es verdad que yo no pueda invertir esa cantidad de dinero en una hora de coaching. Otra cosa es que esté o no dispuesta a hacerlo, pero poder, por supuesto que puedo.
Volví a mi casa y contraté, no la sesión de una hora, sino medio día VIP.
Y fue BRUTAL. La mejor decisión que he tomado jamás.
Muchas personas piensan que contratar a un coach es únicamente pagarle a alguien para que te ayude a conseguir un objetivo.
Lo cierto es que es mucho más que eso.
Se trata de estar en la energía de esa persona, y de que tu vibración se calibre con la suya.
¿Alguna vez has pensado que quieres estar con alguien «a ver si se te pega algo» de esa persona?
Precisamente, de eso se trata. Cuando estás en la presencia de alguien que está tan anclada en su energía y tan en su poder, en cierta forma sí que es cierto que algo «se te pega».
En realidad lo que ocurre es que su energía transforma la tuya.
Por eso, a mí me da exactamente lo mismo las titulaciones o años de experiencia que puedan tener las personas que elijo para que sean mis coaches o mentores. Me da exactamente igual si tienen publicaciones, cuánto dinero ganan, y con quiénes se han formado. Para mí cualquier detalle es irrelevante, salvo su ENERGÍA.
Y por eso es que mis clientas me piden sesiones cuando «quieren estar en mi energía».
Invertir en ti, a través de esas personas en cuya energía deseas estar, es un acto de amor hacia ti misma. No hay nada que te impulse tanto como enviar ese mensaje claro al Universo de que eres digna y merecedora, y de que te tomas tu crecimiento muy en serio.
Magia pura.
He hecho un directo sobre esto en Facebook, te invito a verlo a continuación:
La próxima vez que vayas a invertir en coaching, piensa en lo que está en juego realmente.
Y recuerda que tú mereces siempre lo mejor.
PD- Si resuenas con mi forma de trabajar, yo estaré encantada de apoyarte. Infórmate sobre mis programas de coaching y mentoring aquí.