¡Cuántas personas se sienten atascadas, frustradas y desorientadas porque no encuentran su propósito de vida!
Yo tengo una opinión bastante impopular sobre ello.
No creo en el propósito de vida.
Realmente no creo que exista tal cosa.
¡Horror Vivian! ¿Cómo puedes decir eso?
Pues es que yo pienso que toda esa frustración es totalmente innecesaria. No hay un único propósito de vida que debamos descubrir. No nacimos con un propósito asignado, con el que un dios caprichoso nos marcó (y, de paso, se olvidó de revelárnoslo, para que así tuviéramos que intentar adivinarlo por nuestra cuenta y a ciegas, sin ninguna pista del más allá).
El Universo no es tan desconsiderado.
El propósito de vida es ser quienes somos. No hay más.
Ser quienes somos implica experimentar y probar hasta encontrar aquello que nos hace felices y nos apasiona. Y cuando lo encontramos, nos dedicamos a ello con todo lo que somos, hasta que la vida nos lo permita o hasta que deje de apasionarnos. Y cuando eso ocurra, buscamos otra cosa.
No es tan grave. No es algo tan serio.
Estoy convencida de que si lo viéramos de esa forma y dejáramos atrás la necesidad de perfección, seríamos mucho más felices.
Ahora, hay un ejercicio que puede ayudarnos muchísimo en el camino de encontrar esas pasiones. Se llama Las Tres Preguntas Más Importantes y lo aprendí hace muchos años de Vishen Lakhiani, el fundador de MindValley.
Este ejercicio me ha acompañado desde hace más de 10 años y creo que todos deberíamos hacerlo. Doy fe de que es magia pura.
De hecho, en 2016 escribí este post en donde hablo precisamente de este ejercicio. En el podcast tienes más detalles sobre el mismo. ¡Te invito a que lo pruebes!
Tu turno
¿Qué opinas del propósito de vida? ¿Tienes una perspectiva diferente? Me encantará escucharla. Cuéntamela en los comentarios.
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Foto de Life Of Pix
