¿Padeces de comparativitis?
Si tienes la tendencia a compararte con los demás (sobre todo con personas con muchos años más de experiencia que tú) y siempre sales perdiendo, es muy posible que sí. Sobre todo si eso luego se convierte en una excusa para no avanzar: «Como no lo hago tan bien como Fulano, no lo intento».
¿Te suena? No eres el único.
Pero no te preocupes. La buena noticia es que la comparativitis tiene cura, y cuando la consigues, te vuelves imparable.
Por qué no tiene sentido compararte con los demás
Todos y cada uno de nosotros tenemos algo único que ofrecer al mundo, algo inigualable, algo muy valioso. ¡Esa es la razón por la que estamos aquí! Cuando nos comparamos siempre vamos a salir perdiendo, porque nunca vas a llegar a ser como la persona con la que te estás comparando. De eso se trata precisamente. ¿Para qué queremos dos personas iguales?
Cada quien tiene su propio viaje y sus propios desafíos. Las personas que más admiras también tienen los suyos, que son diferentes de los tuyos. Al compararnos, nos estamos faltando el respeto a nosotros mismos. No honramos nuestra forma única de estar en el mundo. Es como si diéramos por sentado que existe una sola manera de hacer las cosas, y nada está más lejos de la realidad.
De manera que, en lugar de compararnos, lo mejor que podemos hacer es orientar esa energía hacia nosotros mismos, y permitirnos ser exactamente quienes somos. ¡Porque es allí donde están tus dones!
Te invito a escuchar el audio en donde profundizo un poco más sobre esto y además te doy tips concretos para dejar de compararte 🙂
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