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Esta es la primera parte de una serie de 3 posts sobre el marketing y los agentes de transformación. Lee aquí la segunda parte y aquí la tercera.
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Como agentes de transformación, queremos ayudar cada vez a más personas. Disfrutamos del contacto y la conexión con nuestros clientes y ese subidón que se siente cuando hemos tenido una sesión especialmente fructífera o reveladora. Seguro que sabes a lo que me refiero 🙂
Pero a menudo olvidamos esa otra parte esencial de nuestro trabajo y que es la que nos permite, precisamente, que esos clientes lleguen a nosotros, que nos conozcan, que se sientan en confianza y tomen la decisión de contratar nuestros servicios. Esa otra parte esencial de nuestro trabajo no es otra que el marketing.
Tabla de Contenidos
ToggleEl marketing y los agentes de transformación
Muchas de las personas que me contactan sienten un gran recelo hacia la palabra «marketing». Muchos me dicen que el marketing no les gusta, que no se les da bien, que lo que quieren es hacer su trabajo como coaches, terapeutas, consultores, formadores.
Pero la realidad es que el trabajo con el cliente es sólo una parte de lo que constituye tu labor como agente de transformación. Porque sin marketing, no puedes darte a conocer, y si nadie te conoce, ¿cómo vas a conseguir nuevos clientes?
Es hora de ver al marketing como lo que es en realidad: un acto de generosidad.
Sabes que tu trabajo es valioso, sabes que puedes transformar muchas vidas, sabes que tienes la solución para el problema que afronta tu público objetivo (o que puedes ayudarle a encontrar la solución). Pero, si nadie más lo sabe, poco vas a poder hacer.
El papel del marketing es precisamente ese: dar a conocer el valor de tu trabajo y hacer que tu público objetivo tome consciencia de que tú eres la persona indicada para ayudarles.
Hay quien dice que el 80% de tu tiempo de trabajo debe estar enfocado en labores de marketing, y no creo que sea exagerado. Sin clientes, no hay negocio. Es lógico que la mayor parte de tu esfuerzo esté enfocada en conseguir esos clientes.
Por qué nos incomoda el marketing
Entonces, ¿por qué hay tantos agentes de transformación que se sienten incómodos ante la idea de hacer marketing de sus servicios?
Creo que puede haber varios factores, entre ellos:
- Falta de confianza en nosotros mismos y en lo que ofrecemos. Es lógico que si no confías lo suficiente en ti, te va a costar más convencer a otros de que lo hagan.
- La falsa creencia de que hay que ser «modestos». En nuestra cultura no está bien visto hablar bien de ti mismo. Esa es la razón por la cual, cuando nos elogian, muchos tendemos a restarle importancia al elogio: «no es nada», «cualquiera lo haría», tú sabes. Ahora imagina que le dices a tu posible cliente: «bueno, este programa que he creado puede que te ayude, pero vamos, tampoco es nada del otro mundo, eh, no te vayas a creer». ¿Crees que va a contratarte? Tampoco se trata de irnos al otro extremo y mentir, en absoluto. Se trata de decir la verdad («he creado este programa precisamente para atender esa necesidad que tienes ahora. ¿Te gustaría que te diera más información?»). Solemos ser mucho más valiosos de lo que pensamos.
- No tener una marca personal definida. ¿Qué tiene que ver el marketing con la marca personal? Muchísimo. Hay muchas formas de hacer marketing y no todas te van a funcionar. Es fundamental que las acciones de marketing que lleves a cabo sean coherentes con tu marca. Si lo son, no las sentirás como algo impuesto e incómodo que no tiene nada que ver contigo. Serán auténticas, y eso siempre se nota.
- No tener claro a quién te diriges. Así como las acciones de marketing deben ser coherentes con tu marca, también deben serlo con el público al que te diriges. Es fundamental que conozcas bien sus necesidades, su forma de pensar, sus preocupaciones, incluso el lenguaje que utiliza.
- Falta de conocimientos. Está claro que si no conoces las distintas estrategias y acciones que puedes llevar a cabo, la sola idea de hacer marketing puede parecer una tarea imposible. Afortunadamente, este problema tiene fácil solución. El marketing se aprende.
- Falta de planificación. Este último factor es mucho más común de lo que puede parecer. Sin una cuidadosa planificación, cualquier acción de marketing que realices, por más acertada que sea, caerá en saco roto. La buena noticia es que hacer esta planificación no tiene por qué ser difícil o complicada, si sabes cómo hacerlo. Todo empieza con la creación de un calendario de marketing.
Precisamente sobre esto te hablaré en mi próximo post.
Y ahora me encantaría que dejaras tu comentario contándome qué te ha parecido. Y si te ha resultado útil, por favor no dejes de compartirlo. Muchas gracias 🙂
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