¿Alguna vez has comprado un curso con la esperanza de que resolvería todos tus problemas y por arte de magia te traería los resultados que esperabas en tu negocio?
Yo sí. En mis primeros años como emprendedora, muchas veces 🙈
Y todas esas veces me sentí decepcionada.
No porque los cursos no fuesen buenos, sino porque yo no había puesto todo de mí para conseguir los resultados que esperaba.
Porque yo estaba esperando esa fórmula mágica, pero no estaba dispuesta a hacer todo el trabajo.
No es que no tomara acción y que no invirtiera horas. Lo hacía, pero no estaba dispuesta a hacer la parte que más miedo me daba. No estaba dispuesta a salir de mi zona cómoda y hacer algo nuevo.
¡Con razón los cursos no me servían!
Yo no estaba asumiendo toda la responsabilidad.
Sobre ello hablé recientemente en un Facebook Live que te invito a ver a continuación:
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ToggleHacerte cargo es asumir tu poder
Como cuento en el vídeo, recientemente tuve una experiencia con una clienta que estaba esperando que yo le diera la pastillita que resolviera su problema, pero no estaba dispuesta a hacerse cargo, a hacer el trabajo interno, a ser honesta consigo misma y observar los patrones de conducta que la habían conducido a esa misma situación que quería cambiar.
Este tipo de situaciones con clientes se me presentaron también muchas veces cuando me estrenaba como coach, pero entonces no tenía la suficiente experiencia como para darme cuenta de lo que estaba ocurriendo.
Esta vez lo vi enseguida. Tuve una conversación con esa persona y le dije que no podía ayudarla si ella no estaba dispuesta a hacer su parte.
Porque la realidad es que nadie va a salvarte.
Y nadie va a salvarte porque tú no necesitas que nadie te salve.
Tú eres tu única salvación. Tú tienes el poder de hacer que las cosas cambien.
Cuando te haces cargo, dejas de culpar al mercado, a tu nicho, a la economía mundial, a la competencia, etc. etc.
Sólo tú puedes hacer que las cosas sucedan.
Así que deja de mirar afuera y empieza a ver hacia dentro.
¡Hazte cargo!
Asume tu responsabilidad
Si no estás consiguiendo los resultados que deseas en tu negocio, es hora de cambiar eso.
Empieza por ser totalmente honesta contigo misma, y pregúntate de qué forma estás interfiriendo en el proceso.
- ¿Podría ser que te estás contando la historia de que no eres capaz, no tienes la suficiente experiencia, todos pueden pero tú no…? ¿Hasta qué punto tu mentalidad está alineada con tus metas?
- ¿Podría ser que te estás escondiendo? ¿Que en el fondo te asusta conseguir lo que quieres?
- ¿Podría ser que, simplemente, necesitas aprender algo que no sabes?
- ¿Qué podrías cambiar? ¿Qué podrías hacer diferente?
Estas preguntas te aportarán mucha claridad.
Y a continuación, busca la ayuda que necesites.
Porque la realidad es que no estamos aquí para hacerlo solos.
Asumir tu responsabilidad no significa no pedir ayuda
¡Con cuánta frecuencia pensamos que tenemos que hacer el trabajo solos!
Muchas veces les digo a mis clientes que todos nacemos sabiendo respirar, pero nadie nace sabiendo emprender.
Buscar ayuda es fundamental. ¿Te cuento un secreto? Las personas que más admiras, aquellas a las que sigues y te encanta su trabajo, han tenido y siguen teniendo ayuda.
Todas. Sin excepción.
Porque ellas saben que su tarea es hacer el trabajo y ofrecer sus dones al mundo, y que eso no quiere decir que tengan que hacerlo sin ayuda.
Lo que no sabes, se puede aprender.
Lo que no es imprescindible que hagas tú, lo puede hacer otra persona.
Póntelo fácil.
¿Te ayudo?
Si estás necesitando ayuda con tu negocio que transforma vidas, yo estaré feliz de apoyarte. Rellena la solicitud que encontrarás aquí para que nos tomemos un café virtual. Si hacemos buen equipo, te contaré cuál de mis programas de coaching o mentoring se adapta mejor a ti.